A casi cuatro años del inicio de la invasión rusa, la presencia femenina en las filas armadas de Ucrania no solo crece, sino que empieza a ocupar puestos de combate antes impensables. 

La transformación tecnológica del conflicto —especialmente el uso de drones— ha abierto espacio para nuevas especialidades en las que las mujeres han encontrado una forma directa de participar en el frente.

Monka, una soldado de 26 años que antes era gerente de restaurante, regresó a su país para unirse como piloto de drones FPV.

“La tecnología nos permite entregar municiones sin llevarlas en las manos o correr hacia la línea del frente, eso es increíble”, relata. 

Como ella, miles de mujeres han pasado de tareas administrativas o logísticas a posiciones operativas en unidades que dependen cada vez más de sistemas no tripulados. Según el Ministerio de Defensa, más de 70 mil mujeres sirven hoy en el ejército ucraniano, un aumento del 20% respecto de 2022. De ellas, más de 5 mil 500 están desplegadas directamente en el frente.

DRONES: UNA PUERTA DE ENTRADA AL COMBATE

El manejo de drones es hoy una de las ocupaciones de combate más populares para mujeres. Imla, exjugadora profesional de hockey, llegó al ejército con la idea de ser paramédica. Pero terminó dedicada al pilotaje: comenzó con pequeños aparatos y luego pasó a modelos equipados con bombas. 

“Al principio estaba tan nerviosa que me temblaban las manos”, recuerda.

La unidad Khartiia ha registrado un aumento del 20% de mujeres desde 2024 y, en colaboración con la Fundación Dignitas, lanzó campañas dirigidas específicamente a reclutarlas para tareas tecnológicas y posiciones de combate. La incorporación femenina también está impulsando cambios internos: brigadas que forman a mandos para conducir equipos mixtos y diversos, con profesionales de distintas áreas.

UN EJÉRCITO EN TRANSFORMACIÓN

En la Fuerza de Sistemas No Tripulados, el 4,2% del personal son mujeres, una cifra considerada significativa ya que el reclutamiento femenino es voluntario. Su portavoz, Olha Meloshyna, afirma que trabajar con drones no es necesariamente más seguro, porque los operadores son objetivo directo de las fuerzas rusas.

Ucrania prepara una nueva campaña de reclutamiento para sumar 15 mil personas, incluidas mujeres, interesadas en tareas de combate o apoyo técnico. La apuesta es clara: a medida que la guerra se vuelve más tecnológica, el ejército necesita perfiles avanzados, desde ingenieras y programadoras hasta especialistas en guerra electrónica.

“El ejército es una de nuestras garantías de seguridad”, dice Monka. Y esa garantía, cada vez más, también está construida por mujeres.

Con información de AP