La cueva de Juan Oso

Mitos y cavernas, columna de Carlos Evia Cervantes: La cueva de Juan Oso.

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Hay un personaje que aparece con frecuencia en la tradición oral de las serranías de Nuevo León y Coahuila. Se trata de Juan Oso y su origen es ciertamente europeo. Así lo escribió Homero Adame. Se dice que Juan Oso es un ser engendrado por la unión de un oso y de una mujer y aunque se cree que este mito llegó a América con la conquista española, es importante apuntar que, en la mitología de los kikapúes, existe la creencia de que ellos son descendientes de un oso y de una mujer.

Por tal razón, el oso es el progenitor y así se le representa en alguno de sus tótems. Los kikapúes son una etnia originaria del centro-sur norteamericano y que en las temporadas invernales, se establecieron en la comunidad Nacimiento, Coahuila.

Volviendo a Juan Oso, Adame reproduce un diálogo, al parecer producto de una entrevista que le hizo al campesino Ezequiel Guerra, del municipio de Rayones, Nuevo León. Guerra contó que Juan Oso es un hombre alto, muy fuerte y peludo. Sus manos son enormes y pueden levantar grandes piedras. Cuando se enoja tumba árboles y grita muy fuerte.

Juan Oso vivía aislado en una cueva la que tapaba con una gran piedra. Sólo él podía mover la roca. No se juntaba con nadie, ni hablaba tampoco. Hubo el rumor de que se robó a una mujer pero no se comprobó. Nadie le conoció mujer ni un hijo. La gente cuenta que Juan Oso todavía está allá en la sierra, en un cañón llamado El pastor.

Los habitantes no frecuentan ese lugar pues es muy agreste y dicen que hay muchas víboras. Solo van algunos cazadores quienes han visto la guarida del personaje. Estos hombres dicen que adentro de la cueva hay figuras pintadas en las paredes y que está llena de tizne porque el Juan Oso prende una fogata para calentar su comida. Hasta aquí el testimonio de Ezequiel Guerra.

Homero Adame agrega que el relato presentado en su obra “Mitos y leyendas de Nuevo León”, es la versión más común sobre el personaje y su guarida, cuya naturaleza es mitad humano, mitad animal. Sin embargo, es importante señalar que el elemento más constante en este mito es el rapto de una mujer que realiza un oso. Éste la lleva a su cueva y después de un tiempo de convivencia tienen un hijo híbrido. Madre e hijo se escapan pero Juan Oso, por sus mismas características, no puede vivir en la sociedad humana y regresa a la soledad de una cueva.

Cabe señalar que otras fuentes indican que el mito de Juan Oso es conocido muchos países de Latinoamérica, especialmente en Perú y México en donde ha sido bien documentado. En México se han recopilado versiones al menos en Nuevo León y Veracruz.

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