El único crustáceo venenoso del mundo
Mitos y cavernas, columna de Carlos Evia Cervantes: El único crustáceo venenoso del mundo
Su apariencia es como la de un ciempiés, pero es un crustáceo hermafrodita venenoso que habita en cuevas y cenotes cercanos a la costa de la península de Yucatán. Pertenece a la familia los camarones y los acociles. Así lo publicó José Flores Muñoz.
En un primer momento, a la especie se le nombró Speleonectes tulumensis, pero posteriormente se le denominó Xibalbanus tulumensis. Es el único crustáceo venenoso que habita en México y algunas otras partes del mundo. Utiliza su veneno para alimentarse de otros crustáceos como los camarones o cualquier otra presa. Aunque su veneno no es suficiente para matar a un ser humano, puede causar reacciones alérgicas.
Un grupo de biólogos de tres países, Reino Unido, Alemania y México, lo descubrió en unas cuevas subacuáticas ubicadas en la península de Yucatán. Tiene una característica que lo hace singular e insólito: su potente veneno, que es el resultado de un complejo coctel de toxinas, que incluye enzimas digestivas y otros agentes que paralizan a sus víctimas.
Este crustáceo bien se puede ganar el nombre de “jeringa de mar”, ya que se pega a un lado de sus víctimas y de su boca sale una aguja que inyecta el veneno, el cual hace efecto de inmediato y entonces la presa muere convulsionándose en segundos. Xibalbanus tulumensis comienza a devorar poco a poco a su víctima, aunque esta siga viva. El veneno que le inyecta es totalmente inofensivo para su propio organismo. Dos grandes glándulas están conectadas a su “aguja” mediante unos conductos; además que tiene unos orificios en las mandíbulas, por lo que al masticar todavía inyecta un poco más de veneno.
Gracias a su pequeño tamaño puede introducirse en las agallas de peces medianos y grandes donde deposita sus huevos. Al nacer, las crías se alimentan de la sangre y tejidos de las agallas de sus anfitriones.
Cuando alcanzan determinado tamaño se desplazan al exterior del pez para hacer su propia vida. El Xibalbanus tulumensis es un remípedo ciego que licua el contenido corporal de sus presas con su veneno similar al de las serpientes de cascabel, concluye Flores Muñoz.
Por otra parte, en su descripción de 1987, la bióloga del Smithsonian Institution,Jill Yager, señaló que los ejemplares de esta especie tienen el cuerpo alargado y delgado, sin ojos ni pigmentación. Poseen un escudo cefálico pequeño, que se estrecha ligeramente en el extremo anterior.
La cantidad de segmentos del tronco aumenta con la edad; el número máximo examinado fue de 36 segmentos. Sus numerosas patas las utiliza como remos para nadar. La especie mide entre 25 y 30 milímetros de largo y se encuentra en cenotes cercanos al mar, donde el agua salada se encuentra debajo del agua dulce, con una transición gradual entre ambos tipos; esta mezcla de aguas es mejor conocida como haloclina, concluye Yager
