La droga permitida y más conocida
Reflexiones, columna de Hortensia Rivera Baños: La droga permitida y más conocida
¿Cuántas veces tomaste la decisión de soltar tus vicios y seguir la vida de una manera sana y productiva? ¿Cuántas, de esas veces, te diste por vencido o simplemente caíste por presión social o porque te obligó tu organismo dependiente? Hablemos de los que la mayoría de las personas conoce, o está involucrado directa o indirectamente. Hablemos de la droga aceptada y de más venta en el mundo entero, hablemos del alcohol. El alcoholismo es una enfermedad causada por el abuso en el consumo de bebidas alcohólicas.
No sé en qué punto de la vida se percibe el alcoholismo como una diversión y no como lo que es: una enfermedad. Tal vez estamos acostumbrados a ver en el alcohol una herramienta social desinhibidora que abre puertas y permite relacionarte de manera dinámica. O tal vez el vínculo con el alcohol viene por parte de la familia y desde muy pequeño comenzaste a relacionarte de esa manera con ellos y con todo entorno. O lo conociste por situaciones laborales, por depresión, diversión e ignorancia. Hay tantas formas de entrar en el mundo del alcoholismo y distinguimos tan limitadas las salidas que nos engañamos y seguimos aplazando el día en que realmente estemos libres de cualquier dependencia.
El adicto piensa que el alcohol es el elixir de la vida, el que te envalentona para hablar, el compañero de soledad, la cubita en sociedad, la manera de encajar, el bebedor de fin de semana, a estas alturas se han inventado tantos pretextos como bebidas para seguir embruteciendo a la sociedad consumista.
No es ningún secreto que la industria del alcohol cada vez más lucra con la idea del “alcohólico social”, de esta manera se llenan los bolsillos y son más las personas que mueren a causa del alcoholismo. Así como cualquier enfermedad que te provoca dolor crónico, el alcohólico, logras sosegar los síntomas, pero, todo es por un rato, un rato que se vuelve efímero, a medida que la enfermedad avanza, la dosis que te servía al principio ahora es tan poca, que ya no resulta del todo aceptable para tu organismo y cada vez te pide más. Te empiezas a dar cuenta que estas equivocando el camino cuando, ya padeces alguna enfermedad cardiaca, presión arterial alta, o tienes destruido el hígado, por mencionar algunas de las tantas enfermedades que son producidas por los excesos de alcohol. Todo en exceso es perjudicial y más si hablamos de esta droga “aceptable” y bien vista por la sociedad. Se puede pensar que todo está en contra de las personas que necesitan dejar de tomar, pero no es así, aunque la sociedad no ayude mucho, y el camino no esté curtido de flores, siempre hay una salida. Es importante ser pacientes, nuestros malos hábitos los hemos fincado en la memoria por muchos años, así que, si creemos que de la noche a la mañana los cambios positivos se van a dar, vamos a sufrir y nuestro cambio se irá postergando de manera indefinida. Tratar con amor y paciencia a un alcohólico es un camino generoso para conseguir resultados positivos.
Existen grupos que se dedican a rehabilitar con éxito a personas con adicciones, no dudes en contactarlos, la (CONASAMA) brinda apoyo y orientación las 24 hrs del día los 365 días del año, 800911200.