Hemos consultado los textos que en esta materia han escrito los especialistas y nuestro objetivo es informar a la comunidad, especialmente a las nuevas generaciones, para que emprendan el análisis de los campos nuevos que se abren constantemente a la ciencia del comportamiento humano, a fin de evitar en lo posible que caigan en la adicción, ya que el vicio está siempre al acecho acorralando a sus víctimas y ocasionándoles la muerte en un gravísimo porcentaje.

Respecto a las propiedades y efectos nocivos de la mariguana, los resultados de algunas investigaciones médicas señalan que si se usa con moderación es menos peligrosa que el alcohol o el cigarro.

Desde hace aproximadamente 5 mil años se ha utilizado para tratar varios trastornos clínicos. En la antigua China servía para aliviar el dolor durante la cirugía. En la India se usaba como medicina. Por otra parte, se sabe que entre sus aplicaciones médicas figuran las siguientes: reduce la presión ocular en el glaucoma y de las náuseas producidas por los medicamentos anticancerígenos.

El ingrediente activo de la marihuana es una sustancia denominada tetrahidrocannabinol (THC). Como ocurre con todas las drogas, sus efectos e intensidad dependen de las dosis, la sensibilidad del individuo a ella, su estado psicológico y el ambiente en que se fuma.

Los efectos empiezan a aparecer unos 15 mi nutos después de inhalar el humo. Con base en la potencia y la dosis de la droga, sus efectos pueden durar hasta 4 horas. A dosis bajas hace que el individuo se sienta relajado. Al principio siente inquietud y aturdimiento, después cae en un estado de ensoñación y de relajación desinhibida. Se expande su sentido del espacio y del tiempo. Las sensaciones cobran mayor intensidad y el sujeto siente apetito, especialmente por los dulces, aunque su concentración de glucosa sanguínea no haya cambiado en lo más mínimo.

Referente al alcohol en todas las culturas se ha utilizado como relajante (figura entre los depresores). Su aceptación generalizada encubre el hecho de que, por afectar la vida de tanta gente, es quizá el fármaco más peligroso de todos.

Para muchos “alcohólico” es una palabra que trae a su imaginación el típico personaje de los barrios bajos; un hombre sin hogar, desaliñado, sin empleo y tirado sobre la banqueta, sumido en profundo estupor. Sin embargo, ese perfil corresponde a un pequeño sector.

Sabemos que el alcohol genera conductas reprobables y aún se ignora la función de la herencia en el alcoholismo, su tratamiento es objeto de innumerable polémica. El modelo médico lo atribuye a un mecanismo fisiológico de adicción y señala que la abstinencia absoluta es la única solución. El modelo conductual sostiene que se trata de un patrón adquirido y que en consecuencia puede desaprenderse.