Lucha, resistencia y desigualdad

Jacinto Herrera León: Lucha, resistencia y desigualdad.

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En el marco de las relaciones humanas siempre se da a través de una lucha desigual. Foucault, filósofo francés, planteaba en una de sus obras que el poder genera resistencias. Los fuertes y los débiles, los ricos y los pobres. Es decir donde haya una relación desigual, habrá necesariamente una resistencia.

La resistencia no implica ineludiblemente la violencia. En todo caso, la resistencia es una actitud de rechazo frente a cualquier tipo de opresión u obstáculo que nos obliga a hacer o ser lo que no deseamos.

Cuando la violencia se ha instalado como recurso para salir de la condición de oprimido, se identifica al opresor como el enemigo para derrotar, por lo tanto, es una guerra en la que uno debe eliminar al otro. Los grandes acontecimientos de la historia se han desarrollado bajo esta perspectiva en mayor o menor medida.

Estamos viviendo una crisis en la historia del planeta. La violencia en cualquiera de sus formas, se ha instalado cual componente significativo, en el país. Lo curioso es que nadie sabe fehacientemente quién es el enemigo.

Se especula y comenta sobre el tema intentando establecer relación entre los mismos, sin llegar hasta el momento a una conclusión definitiva. Lo que si es una realidad, es que no se trata de ninguna estrategia por desviar la atención de otros temas de la agenda.

Sospecho que algunos se beneficiarán con el caos social, pero de lo que no puedo dudar es que quienes la padezcan con mayor intensidad, sean precisamente, los sectores más desprotegidos. Entonces, ¿cuáles son los sectores privilegiados que deberían ser considerados como el enemigo?

En esto hay que ser muy cauto, aquellos empresarios y sectores que han trabajado muy duro y aún lo hacen para vivir dignamente, esos no los son. Pero podrían estar en el entredicho los sectores o sujetos que quienes gracias a las prebendas y arreglos negociados con los gobiernos se ven o han visto beneficiados, y ahora francamente limitados y acotados.

Hay que ser muy cauto y reflexivo frente a los acontecimientos que vivimos, porque detrás de todo esto, se tendrá que justificar la imposición de un nuevo orden que se reclama públicamente.

Horizontalizar la violencia de gente de casa, y que circunstancialmente administra el Estado contra sus iguales, es precisamente lo que “esos personajes invisibles”, desean. Los pasos firmes, precisos y oportunos se han dado. La sociedad ha reclamado y se ha sumado a la justa lucha por mantener su amenazada tranquilidad. El daño en cuanto a empleos, atracción de capitales, turistas y proyectos planeados ya de por si han sido masacrados.

Sigamos juntos –sociedad, empresarios y políticosen el marco de una “Sociedad Anónima” que se propone reestructurar un proyecto integral, que beneficie al colectivo sin distingo, pero sobretodo a los sectores más desprotegidos. Luchemos por no caer en las garras de la descomposición social.

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