Medalla Jacinto Herrera Díaz, orgullo y trascendencia

Debate y salud, columna de Jacinto Herrera León: Medalla Jacinto Herrera Díaz, orgullo y trascendencia

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Recientemente se llevó a cabo el evento que organiza cada año la Asociación Nacional de Locutores de México, con la premiación de los que actualmente (y de forma natural), van tomando la estafeta de los maestros que con profesionalismo, ética y don de gentes han arado el terreno que actualmente talentosos del micrófono transitan.

Para alguno de nosotros languidece el día, invitando a no perder la esperanza de un nuevo amanecer, recordando que hace algunos lustros me tocó ser recipiendario que a la postre fueron 5 premios nacionales , “Pico de Oro”, Tomás Perrín” (3 medallas), “Salud y Bienestar”, y actualmente y con honor hago acto de presencia como miembro activo, integrante de la mesa directiva, locutor e hijo de uno de los grandes de la Televisión Yucateca “Don Jacinto Herrera Díaz”, cuya medalla se entrega cada año dentro del magno y significativo evento, presidido por la doctora Rosalía Buaún Sánchez, H. presidenta nacional. Pues bien, amigo lector muchos de nosotros ante la sumatoria de años, el Creador nos ha dado la oportunidad de transitar por el otoño de la vida. Como veremos, la salud mental y personal son una necesidad.

Durante décadas vivimos sin reparar en el mañana, nos comportamos cual seres inmortales, donde los consejos y recomendaciones son cosa de viejos. La madurez nos facilita juzgar con mano prudente, sin postura inquisitoria, que contrasta con el comportamiento intransigente e irreflexivo que caracteriza a no pocos mozalbetes impetuosos. El actuar con madurez – más allá de lo esperado-, es parte de lo que llamamos plasticidad cerebral. Pertenezco a una generación privilegiada, cuyos cambios sentaron los cimientos del actual momento, buenos o malos, no lo sé, pero los jóvenes moradores, se encargarán de apuntalar o reconstruir el basamento.

Te aconsejo practicar la gratitud y valora las cosas que has recibido. El tener familia, trabajo, casa, amigos etcétera. Estas cosas las damos por sentado, pero tan solo echar la mirada a tu alrededor podrás percatarte que no muchos los tienen, y eso te hace afortunado y debes dar gracias. Ante lo dictado, deberás practicar la humildad, la prudencia, paciencia, comprensión y amor al semejante. Erradica la envidia, intriga, grosería y prepotencia, aprende a perdonar, se humilde, no seas rencoroso, erradica tu ceguera para no corregir el rumbo.

Por otra parte, te recomiendo aprovechar el tiempo y utilízalo para construir y no para destruir. Aquilata cada minuto y como lo distribuyes, evitando descuidar lo básico, como el desearle un buen día al semejante, darle un beso a tu esposa e hijos, realizar la llamada que por pereza pospones. Multiplica lazos sólidos y date a quienes te rodean; si te das, cosecharás.

Hoy me di un tiempo para la reflexión, además de felicitar a esta generación que en muchas ocasiones nos sorprenden y espero abonen y disfruten cada instante de su fugaz vida.

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