Vergonzoso Gambito de dama, en salud

Debate y salud, columna de Jacinto Herrera León: Vergonzoso Gambito de dama, en salud

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La palabra gambito se refiere principalmente a una jugada estratégica en el ajedrez, pero también tiene un significado más general como estratagema o maniobra. En el ajedrez, su significado más común y específico es: jugada de apertura.

Es una jugada que se realiza al principio de la partida, donde el sacrificio de la pieza, consiste en ofrecer voluntariamente un peón u otra pieza (normalmente un peón). El objetivo estratégico, tiene como propósito el sacrificio y éste no solo se refiere perder material, sino conseguir una ventaja a largo plazo, como una mejor posición, control del centro del tablero, o abrir líneas y diagonales para el ataque. Existen muchos tipos de gambitos, como el “Gambito de dama” (popularizado por la serie de televisión) o el “Gambito de rey”.

Fuera del ajedrez, la palabra se usa de forma figurada para referirse a cualquier estrategia o maniobra inicial, que parece arriesgada, o un auto sacrificio, pero en realidad busca obtener una ventaja mayor a largo plazo. Un movimiento o acción con la que se pretende sorprender al oponente o conseguir una buena posición en una situación competitiva.

A manera de analogía, en la administración pública dentro del sistema de salud, tan semejante a coloso erguido, sobre tambaleantes cimientos, se me vino a la mente pasaje circunstancial, de frente a pusilánime directivo, que por decreto de algún “jurado”, no puedo emitir “vergonzoso nombre que mancilla sólida institución”.

Pues fíjese, amable lector, que un día como cualquiera, agitado, inequitativo y con mensaje lacrado con sello de cuño mediocre, aproveché tomarme algunos minutos para recordar buenos momentos y nostálgicamente plenos de gloria, que ahora cual nebulosa se desvanecen ante servil reajuste en la dinámica laboral con atribulado devenir, cuyo motor, allende el sacrificio de la salud de dolientes y empleados, con objeto de lograr lo imposible. Lamentablemente me está tocando enfrentar una realidad, con variados tonos de grises, que a manera de analogía, representan el comportamiento humano, que va desde la lealtad, hasta la hipocresía, sacrificando piezas valiosas, por “pirita”, incrustado como la “quinta columna”.

Cualquier semejanza con ti vida laboral o privada es pura coincidencia. Cuántas veces ante la adversidad, más allá de las diferencias en credo o religión, nos unimos para sacar adelante cualquier empresa de beneficio colectivo, y nunca falta el/la egocentrista, egoísta y traidor, que allende valores, desilusionándonos cual Judas contemporáneo.

Este sujeto ante su falta de principios, se convierte en la “quinta columna”, que hace cualquier cosa por quedar bien con el superior, mientras realiza lo imposible con misógina actitud por dejar mal al grupo que lo cobija. Busca de forma incesante comprar conciencias, a través de la venta de ilusiones, con sutil canto de sirenas que atrapan el débil carácter, de los encumbrados, más allá de su formación, o jerarquía regalada. ¿Están de acuerdo?

¿Pero cómo detectarlos y saber que a través de manipulación de cifras estadísticas o argumentos falaces, estos pequeños y oscuros sujetos llegan a tener el poder o facilidad de engañar a muchos en “poco tiempo”? Nombres sobran en instancias e instituciones que se tambalean, valor falta para evidenciarlos y erradicarlos. ¿Acaso no la unión hace la fuerza?

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