¿Quién se atreve a decir su edad?

Bufete jurídico, columna de José Luis Ripoll Gómez: ¿Quién se atreve a decir su edad?

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La mayoría de las personas ocultan su edad. Parece que al hacerlo tratan de estar in y no out de una sociedad demandante. Ser persona de la tercera edad lleva una serie de prejuicios sociales que deja fuera de toda acción lógica al propio adulto mayor. En general la gente se resiste a decir su edad. No quiere que los demás se enteren. Como si fuera esto una desgracia o un hecho voluntario reclamable. Tratamos de vernos físicamente en forma. Algunos acuden a sustancias químicas para estirarse la piel, otros incluso se someten a cirugías estéticas en aras de verse jóvenes.

Frase que no sólo debería referirse a las mujeres, sino hacerlo extensivo a todos, que juega con la vanidad y la negativa a la edad: ¡Tener cuidado, una mujer capaz de decir su edad, es capaz de todo! También llama la atención, “viejos los cerros y todavía reverdecen”, o “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, y “como los buenos vinos, mejora con la edad”, son ejemplos vivos de la defensa contra la discriminación por edad.

Llegar a los 60 tiene su chiste. Acudí a tramitar mi Inapam. En el lugar, de pronto rodeado de personas mayores, unos más deteriorados que otros. Sentado entre ellos para tramitar mi credencial que me acredita ser parte de este selecto clan, sentimientos encontrados vienen a mí mente. Me cuestiono: “Ya soy viejo”. Algunos de caminar lento otros con dolencias y problemas de salud. Pese a que el artículo primero constitucional prohíbe la discriminación por edad, es la tercera más usada, después de las razas y las orientaciones sexuales y temas de identidades sexo-genéricas.

Para los sociólogos y expertos en comportamientos de grupos los que cumplimos sesenta en este 2025 somos generación que oscila entre los baby boomers y la generación X. Se han identificado varias generaciones: la primera es la silenciosa, gente nacida entre 1926 y 1945. Crecieron en la era de las guerras y posguerras, valorando la disciplina y la estabilidad.

Luego vienen los Baby Boomers: nacidos entre 1946 y 1964. Se les denomina así, porque Barack Obama permitió la jubilación a personas que apenas habían cumplido 55 años. Vivieron la expansión económica de la posguerra, con una fuerte ética de trabajo.

Mi generación, los X: nacidos entre 1965 y 1980. Marcados por la transición hacia la globalización y la tecnología, son pragmáticos e independientes. Luego siguen los millennials (generación Y): nacidos entre 1981 y 1996. Crecieron en plena digitalización, valorando la flexibilidad y el equilibrio entre vida laboral y personal.

Después aparecieron los centennials o generación Z: nacidos entre 1997 y 2012. Se consideran los primeros “nativos digitales”, familiarizados con la tecnología desde una edad temprana. Finalmente, la generación Alpha: nacidos a partir de 2013. Son la generación más joven, que nace en un entorno
digital e hiperconectado. Lo importante no es la edad, sino que seas feliz. A todos nos llegará nuestro turno al más allá, mientras tanto en el más acá podemos seguir cumpliendo metas y compromisos.

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