Cultura del envase

El envase en la sociedad posmoderna se vuelve más importante cada día, nos lo hace ver el periodista uruguayo Eduardo Galeano...

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“Lo esencial es invisible a los ojos”; El Principito

El envase en la sociedad posmoderna se vuelve más importante cada día, nos lo hace ver el periodista uruguayo Eduardo Galeano, le puso nombre y apellido a lo que vivimos. Hace un par de años fuimos invitados mi esposo y yo a una boda, muy actual, muchas personas, flores por todos lados y con todos los adornos más sofisticados, y regalos para los invitados. Así como la comida, eran platos y platos, una mesa de dulces con frutas y quesos. La música estuvo sensacional. Todo de lo más esplendido.

Hoy en día todos hablan de esa boda, como la gran boda a la que asistieron. De los novios, ni se mencionan, apenas duraron un par de meses juntos. Fue un envase bellísimo, pero, lamentablemente: interiormente no había nada.

Así vivimos en la actualidad, nos quedamos en lo superficial, nos enganchamos con todo lo que brilla, con lo que cautiva y llama la atención, sin ponernos a reflexionar. 

Es más importante el celular que uno tiene, las aplicaciones que tienes, los likes que recibes, la universidad donde uno estudio, el coche que tienes, la ropa de marca y un sinfín de cosas más. Como si la persona valiera por el cascaron que tiene y no por su ser persona; por sus cualidades, por su reflexión, por su toma de decisiones.

Vemos una sociedad posmoderna, con cuerpos perfectos, tanto en hombres como en mujeres, jóvenes y no tan jóvenes; bien vestidos. Por lo contrario, hay una gran desgana por esforzarse, crecer como seres humanos, vencer retos humanos y profesionales. No podemos generalizar, pero hay una constante del menor esfuerzo para obtener dinero, trabajar poco y fácil; nos dedicamos más para el exterior que el interior.

Maquiavelo tenía razón cuándo decía que pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. Y es que nos hemos convertido en una sociedad en la que se han ido transgiversando ciertos valores y se ha cambiado la escala de valores. Vivimos hoy en un mundo dónde se valoran más otras cosas, que la forma de ser y de pensar.

Luchis, se cambia de ciudad y con toda la ilusión entra a un bachillerato local. Cual va siendo su sorpresa, que solo son sus amigas, según la marca de ropa, zapatos, bolsa… la lista sería interminable. Vivimos en el tiempo que lo importante es el envase, no su contenido.Somos amigos según el envase que tengas, si tienes determinadas marcas, serás bienvenido, de lo contrario, no te hablaremos si tu envase no aparenta nada.

Diego Arranz, nos dice en su libro “Solo los peces muertos van con la corriente”, expone muy atinadamente la vivencia de la sociedad; “He llegado a la conclusión de que este mundo está loco, de verdad que sí. No entiendo a la mayoría de las personas, por qué prefieren la estabilidad, la comodidad y no se atreven a salir de sus barreras del confort. Que se enfoquen mejor a conocerse a sí mismos y dimensionar de qué son capaces. No entiendo porque siempre siguen la corriente, como peces muertos y se dejan arrastrar por pensamientos de otras personas”.

Vivimos en el tiempo del envase, que es lo importante; teniendo en el olvido lo esencial de la vida…

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