Cuando el salario crece, la dignidad también

Durante muchos años la economía mexicana se construyó sobre una lógica injusta: salarios bajos, alta productividad y trabajadores empobrecidos. Se nos dijo...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Durante muchos años la economía mexicana se construyó sobre una lógica injusta: salarios bajos, alta productividad y trabajadores empobrecidos. Se nos dijo que recortar el ingreso de las familias era la única forma de atraer inversión. El resultado fue millones de personas trabajando sin poder vivir dignamente de su esfuerzo. Quintana Roo, pese a ser uno de los motores turísticos del país, no estuvo exento de esta realidad.

La Cuarta Transformación rompió con ese modelo. Hoy México vive una etapa inédita: el aumento sostenido del salario mínimo más importante de nuestra historia moderna, muy por encima de la inflación, demostrando que es posible fortalecer la economía sin precarizar el empleo. Y en Quintana Roo, donde gran parte de la población vive del sector servicios y turístico, este cambio ha sido fundamental para mejorar la calidad de vida de miles de trabajadores.

Hoy los salarios son más altos, el poder adquisitivo se ha recuperado y las familias cuentan con mayor estabilidad financiera. Pero el mayor logro no es solo el monto del ingreso: es haber colocado a la gente trabajadora en el centro del modelo económico. La economía moral que impulsa nuestro movimiento plantea algo muy claro: no puede haber prosperidad sin dignidad laboral.

Este incremento salarial se complementa con políticas de bienestar que fortalecen el ingreso familiar: programas sociales, acceso gratuito a salud, vivienda digna y educación pública. El impacto conjunto es profundo, especialmente en Quintana Roo, donde muchas familias han pasado de la subsistencia a una mayor certidumbre, con mejores oportunidades para sus hijas e hijos.

A nivel estatal, bajo el liderazgo de la gobernadora Mara Lezama, Quintana Roo se ha consolidado como uno de los destinos turísticos líderes del país sin sacrificar los derechos laborales. Hoy se promueven mejores condiciones de contratación, capacitación constante y vínculos con programas federales que fortalecen al trabajador, no al intermediario.

Desde el Congreso hemos acompañado este rumbo con leyes que impulsan trabajo digno, igualdad salarial, seguridad social y desarrollo económico responsable, buscando que el crecimiento del turismo se traduzca en mejores empleos y no en mayor desigualdad.

La experiencia demuestra que cuando los salarios aumentan, la economía local se fortalece: hay más consumo, más comercios, más servicios y más estabilidad comunitaria. El desarrollo deja de concentrarse en unos pocos y empieza a circular entre todos.

El verdadero milagro económico no es el crecimiento aislado del PIB: son los salarios que alcanzan para vivir mejor.

Y esa es la transformación que hoy estamos viviendo en Quintana Roo: una economía que deja de competir por quién paga menos y empieza a competir por quién genera más bienestar.

Desde nuestra responsabilidad legislativa seguiremos defendiendo un modelo donde el trabajo se valore, el ingreso alcance y la dignidad sea el eje del desarrollo económico.

Lo más leído

skeleton





skeleton