El poder de Sheinbaum
Durante las últimas semanas, ciertos sectores políticos y periodísticos han debatido sobre si la presidenta Claudia Sheinbaum aumenta su poder...
Durante las últimas semanas, ciertos sectores políticos y periodísticos han debatido sobre si la presidenta Claudia Sheinbaum aumenta su poder o se vuelve autoritaria. Han motivado esa reflexión hechos como el “caso Manzo”; manifestaciones polémicas como aquella denominada “Generación Z”; la salida del ahora exfiscal Alejandro Gertz Manero; los cambios que se activan ya en la Fiscalía General de la República; las leyes que ha mandado al Congreso de la Unión, entre otros. Es poder, no autoritarismo.
Lo que nadie puede negar son su popularidad y su aprobación, con números récords en algunos meses de su año y tanto al mando del país. Su poder tampoco: en su condición de jefa de la 4T controla un enorme escenario político, porque el partido-movimiento al que adhiere tiene la mayoría en municipios, estados, Congresos, Poderes e instituciones.
Si se analiza con rigor toda esa expresión de apoyo y respaldo, ni parece condicionada por alguien, ni parece débil frente a determinados grupos, ni parece autoritaria con el pueblo, como han acusado políticos, analistas y empresarios.
Basta poner atención a sus discursos y a sus decisiones, o verla en territorio, como el fin de semana en Playa del Carmen, Puerto Morelos y Cancún, donde se comprueba la aprobación que tiene y su fortaleza, como presidenta y como lideresa política.
La gobernadora Mara Lezama, como anfitriona en Quintana Roo, fue testigo de ello. Mara conoce bien de apoyo, respaldo y poder político. Tres testigos más en la primera fila el sábado pasado: Estefanía Mercado, de Playa del Carmen; Blanca Merari, de Puerto Morelos, y Ana Paty Peralta, de Benito Juárez, quienes ponen ejemplo de gobernanza.
Muchas opiniones sobre una supuesta debilidad o un presunto autoritarismo están cargadas de machismo, intereses chuecos y ambición.
Desorbitado
Reapareció públicamente el expresidente Andrés Manuel López Obrador para presentar su nuevo libro “Grandeza” y dijo a propósito: “Decidí ya retirarme, no sentirme insustituible, no es una simulación, no busco actuar como cacique, caudillo, jefe máximo”. Calificó a la presidenta Sheinbaum como “una mujer excepcional y extraordinaria, y no hay que hacerle sombra porque ella es la que conduce”.
Otra muestra, clara y contundente, que crece el poder de la primera presidenta de la historia nacional. Pese a críticos y adversarios, su poder está acompañado de una alta aprobación popular.
