Jamás pensé que mi edad fuera ser un problema en el mundo de la música. Muchos de ustedes saben que tengo una agrupación de muchos años, con entrañables amigos, hermanos, compañeros de muchas batallas, encantos, desencantos, éxitos y muchas cosas más.

La Jazz Band Night esta conformada por su majestad, Juan Bosco Domínguez en el bajo, Alonso Torres en la trompeta, flugelhorn y saxofón; así como mi querido Alfonso “Ponchito” Mendieta en la batería.

Por muchos años tuve el gran honor de que en el saxofón y la flauta transversal estuviera mi querido y admirado Jaima Briones, que en paz descanse y en los últimos años se acercó la gran Norma Valdez en la voz, aportando toda su experiencia, encanto y camaradería.

Obvio si no somos el grupo del periodo paleolítico, si somos mayores a los 60 años y yo soy el más pequeño de todos. Eso para mí son canas y experiencia en el escenario y un gran aporte a la sociedad por todo lo que esto conlleva; pero ¿Qué creen?

 Los empresarios de los lugares donde podríamos tocar, no quieren hacer tratos con nosotros porque ya estamos “viejitos”. Si quieren jazz de calidad, debe de haber canas de por medio. Las canas son simplemente la muestra viviente de que hemos visto más lunas que otras personas y eso es la bendición del conocimiento.

Con Alonso Torres y Juan Bosco ha sido toda una vida de trabajar juntos y hacer música de calidad con varios artistas famosos a lo largo de nuestras carreras. Para mi es un honor estar en un escenario con ellos y por supuesto disfruto de ellos arriba en el escenario, porque tenemos una excelente relación debajo del escenario.

 Eso se traduce en música bien hecha, música, bien pensada, música real, música para todos, música que nos gusta y que le gusta a la gente. Pero seguramente pensarán esos empresarios que lo mío es mero romanticismo.

 ¿Qué hacer? La verdad en este momento lo ignoro, pero entre más años tengo, veo más cerca esto de los trabajos por la edad; pero confieso que nunca imaginé, que en el negocio del espectáculo se produjera este efecto.

Desde chico me enseñaron que las canas eran experiencia; y sigo pensando que así es. El problema es que los que pensaban como yo, ahora son los que están poniendo estas reglas. Que triste, pero el destino nos alcanzó también por aquí. Hasta la próxima semana.