Juventudes primero

En la política tradicional, las juventudes han sido vistas como un voto fácil o un público decorativo para los eventos de campaña...

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En la política tradicional, las juventudes han sido vistas como un voto fácil o un público decorativo para los eventos de campaña. Pero esa visión caduca está siendo superada. La Cuarta Transformación no solo plantea una nueva forma de gobernar, sino también una nueva forma de mirar a las generaciones que vienen: no como un “futuro” lejano, sino como protagonistas del presente.

En mi labor como legislador, he tenido la oportunidad de dialogar con cientos de jóvenes en distintas regiones del estado. Estudiantes que luchan por no abandonar la escuela, deportistas sin espacios dignos para entrenar, creadores culturales que no encuentran dónde mostrar su talento, jóvenes emprendedores que lo tienen todo menos el capital. Lo que tienen en común no es la queja, sino la energía. Las ganas de salir adelante. El deseo legítimo de ser parte de algo más grande que ellos mismos.

Por eso, cuando hablamos de legislar con justicia social, también hablamos de crear condiciones reales para que las juventudes vivan con dignidad. Becas no solo para continuar los estudios, sino para que puedan elegir su vocación sin miedo al abandono. Espacios culturales y deportivos que no sean lujos, sino derechos. Acceso a la tecnología, capacitación, salud mental y oportunidades laborales que conecten con su potencial.

Desde el Congreso, estoy comprometido con impulsar reformas que pongan en el centro a las y los jóvenes. Pero, además, estoy convencido de que no basta con legislar: hay que gestionar, acompañar y construir puentes entre instituciones, gobiernos, escuelas y comunidades.

Nuestro estado no puede darse el lujo de desperdiciar ni un solo talento. Necesitamos una juventud activa, informada, crítica, con identidad y con sueños. Pero para exigirle eso, primero tenemos que garantizarle lo mínimo: acceso, voz y oportunidades.

La transformación no será completa si dejamos atrás a quienes están listos para levantarla desde el aula, el barrio o la cancha. Apostarle a la juventud es apostarle a un mejor Quintana Roo. Y esa es una apuesta que no pienso abandonar. (Jorge Sanén)

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