¿Quién necesita fuentes? Google ya 'piensa' por ti

Hace unas semanas comentamos cómo la tecnología SEO puso de cabeza los resultados de los buscadores web, transformando lo que antes...

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Hace unas semanas comentamos cómo la tecnología SEO puso de cabeza los resultados de los buscadores web, transformando lo que antes era una fuente de información —más o menos confiable— en un compendio de páginas adaptadas para aparecer en las búsquedas, independientemente de si contenían o no los datos que el usuario “googleó”. Bueno, pues esto está por cambiar drásticamente, ¿gracias? a la Inteligencia Artificial (IA).

Recientemente, Google profundizó en una de las características más interesantes de su asistente Gemini: el modo asistido AI Overview, que, en pocas palabras, busca regresar al origen del buscador como proveedor de información —de nuevo: confiable hasta cierto punto— dejando fuera los resultados intrascendentes, aunque estos estén diseñados para engañar al algoritmo.

Esto se lograría gracias a la IA, que leería la información de los sitios web, la organizaría y presentaría al usuario como resultado de búsqueda, citando a la fuente original. De hecho, algo parecido ya ocurre con los fragmentos destacados que vemos hoy al googlear. Sin embargo, esta no es precisamente una buena noticia, sobre todo para los sitios web informativos.

Sucede que, dentro de la buena noticia que representa contar con una tecnología que depure resultados “basura”, está el hecho innegable de que los sitios o páginas web perderán visitas drásticamente, porque los resultados que brinde AI Overview ofrecerán justo lo que el usuario necesita: respuestas.

Así es. El primer gran “secreto” de esta nueva forma de búsqueda con IA es, precisamente, que da la respuesta —otra vez: hasta cierto grado fiable— que el usuario busca, dejando al sitio que originó la información como una especie de “nota al pie”. ¿Y el segundo gran “secreto”? Sencillo: que ahora nuestros sitios no buscarán la atención del usuario, sino el de la Inteligencia Artificial del buscador.

Esto, evidentemente, acabará con las malas prácticas del SEO, pero también arrastrará consigo la audiencia, el “engagement” y la imagen de los sitios web, especialmente aquellos dedicados a ofrecer información noticiosa o periodística. Porque, siendo sinceros, ¿cuántas veces un usuario se ha tomado la molestia de visitar la fuente original si ya obtuvo lo que buscaba en la primera línea del resultado?

Hoy, más veces de las que notamos, la IA está presente en muchos textos en línea. Detectamos frases hechas, estructuras repetitivas y opiniones que claramente no provienen de una persona, sino de datos ensamblados para simular personalización y, de paso, engañar al usuario.

Por tanto, el reto para quienes generamos contenido web será transformar el SEO en algo verdaderamente útil, que ofrezca respuestas claras. Pero ya no para los usuarios, sino para la inteligencia artificial que será —si no es que ya lo es— quien dará esas respuestas, basándose en nuestro trabajo.

Claro, esto sólo funcionará si las instrucciones se aplican correctamente.

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