Autoridades indígenas designadas por usos y costumbres tendrán derecho a voto y hasta a una remuneración económica en los ayuntamientos, determinó la Suprema Corte de Justicia de la Nación hace algunos días, un hecho sin precedente porque todo miembro del Cabildo llega por voto directo, ya sea de mayoría o plurinominal.

Tremendo el tema porque si ahora tenemos personajes haciéndose pasar por indígenas, o con alguna discapacidad para ocupar cargos de elección popular, imagínese que ahora la representación indígena por usos y costumbres será un medio para ser parte del Cabildo con todos sus beneficios, no imagino la lista de personas que pedirán ese beneficio como supuestas autoridades indígenas.

Mucha atención tendrán que poner las comunidades para no ser avasallados cuando el acuerdo proceda, ya que si bien fue un asunto que tiene que ver con la Ley de los municipios del estado de Nayarit, un acuerdo de la Suprema Corte se retoma en todo el país o, en caso, que las autoridades indígenas no se sientan tomadas en cuenta, ya tienen el camino a seguir para ser parte del Cabildo del municipio de que se trate.

Como dije, este tema se trató hace algunos días en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y votaron en contra las ministras Jazmín Esquivel y María Estela Ríos, quienes advirtieron que con ello se distorsiona el sistema constitucional para los municipios que, en el artículo 115 solo prevé el voto de los alcaldes, regidores y síndicos, todos electos por voto directo, algunos por mayoría relativa y otros por representación proporcional.

Otro estado donde también se sufrió un revés de la Suprema Corte fue en el de Morelos, donde el Congreso aprobó aumentar los diputados de 20 a 30, e incorporar la figura de primera minoría.

En ese estado los legisladores aprobaron, además de incrementar de 20 a 30, cuatro curules de primera minoría, es decir, que los segundos lugares con mayor votación accedan a una diputación. En ambos casos la Suprema Corte echó para atrás.

Así las cosas en los Congresos locales y las resoluciones de la máxima autoridad que ya echó dos asuntos locales para abajo por considerar que no proceden, pero al mismo tiempo le abre espacios, con voto y remuneración económica, a las autoridades indígenas. A esperar pues cuántos en Quintana Roo se harán llamar autoridades indígenas. Hasta la próxima.