Un día con música

La música tiene un poder enorme sobre nuestro estado de ánimo, concentración y energía.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La música tiene un poder enorme sobre nuestro estado de ánimo, concentración y energía. Y siempre surgirá la pregunta, ¿qué escucho entonces? Y la pregunta es porque no hay mucha paz ni en los ritmos, ni en las letras actuales.

Por ello, sugiero de entrada la música instrumental, para no tener ninguna influencia. Por la mañana propongo iniciar con energía, para activar cuerpo y mente. Música barroca de Bach, Vivaldi, Händel, ya que sus patrones rítmicos regulares y el tempo moderado ayudan a organizar los pensamientos y comenzar el día con orden. Después un poco de Jazz ligero o Bossa Nova de compositores e intérpretes como Jobim, Stan Getz y João Gilberto. Suave, pero con swing, da energía sin ansiedad. Más tarde, podemos trabajar con flujo y productividad escuchando Minimalismo (Philip Glass, Steve Reich, Max Richter, ellos hacen una claridad que favorecen la concentración. Se pueda agregar algo de Piano solo con Nocturnos de Chopinnocturnos o música de Ludovico Einaudi, para mantener un fondo relajante sin invadir o simplemente música instrumental, que crea atmósferas tranquilas.

Podemos reducir el estrés con música renacentista y coral de Palestrina, Victoria o Tallis. Otra opción serían sonidos de la India, kora africana, shakuhachi japonés que conectan con lo meditativo; así como cualquier tema de New Age como Enya entre otros. Y podemos cerrar el día con paz y gratitud, escuchando baladas de Jazz de Chet Baker o Bill Evans. Teniendo opciones de música de cámara romántica de Schubert, Brahms o Mendelssohn y sin dejar de lado la opción de escuchar música con sonidos de naturaleza, como agua, pájaros, viento, que bajan el ritmo cardíaco.

Lo ideal es variar según el momento del día. O bien podemos armar un estilo más clásico, académico y jazzístico. En la mañana para despertar con J.S. Bach, Concierto de Brandeburgo No. 3, 1er movimiento; João Gilberto, Desafinado (algo de Bossa Nova); Erik Satie, Gymnopédie No. 1 (piano relajante). Y cerramos el día con Chet Baker,  My Funny Valentine (jazz), o de Franz Schubert, Quinteto de Cuerdas en Do Mayor el Adagio. Prueba esto para ver qué se siente. Hasta la próxima semana.

Lo más leído

skeleton





skeleton