Trump provoca renuncias masivas en la NASA: casi 4 mil empleados dejarán la agencia

El plan de desmantelamiento fue diseñado por Elon Musk y sigue en marcha pese a su salida del gobierno

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Autor: Especial
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Un plan ideado por Musk, ejecutado por Trump

El programa que hoy vacía oficinas en centros como Goddard, Johnson y Jet Propulsion Laboratory fue diseñado originalmente por Elon Musk, cuando presidió —durante los primeros meses del nuevo mandato de Trump— el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un órgano creado para reducir el tamaño del Estado federal sin realizar despidos masivos directos.

Aunque Musk ya no forma parte del equipo gubernamental, su huella es clara en el programa que él mismo describió como una forma de “dejar que el talento gubernamental se regenere por voluntad propia”.

“No estamos despidiendo a nadie. Solo estamos abriendo la puerta para quienes ya no creen en esta misión”, declaró Musk en marzo pasado durante una entrevista con medios afines al Partido Republicano.

La estrategia fue celebrada en su momento por sectores cercanos a Trump, pero ha desatado una crisis operativa y moral dentro de la NASA, donde se denuncian vacíos técnicos, recortes presupuestales y cancelación de misiones.

Éxodo silencioso en la NASA

La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) se enfrenta a una de las crisis internas más graves de su historia reciente, luego de que cerca de 3 mil 870 empleados decidieran abandonar voluntariamente sus cargos. Esta decisión se produce tras la implementación del programa de renuncias diferidas promovido por el gobierno de Donald Trump, quien retomó el poder en 2025 y ha iniciado una agresiva política de reducción del aparato burocrático federal.

El impacto es inmediato: la NASA perderá alrededor del 20 por ciento de su plantilla laboral, lo que representa no solo un ajuste presupuestal, sino un riesgo estructural para la continuidad de programas clave en ciencia, exploración espacial y seguridad operativa.

Impacto en programas científicos

Con menos personal, las consecuencias se proyectan sobre misiones clave de investigación espacial, como el retorno de muestras desde Marte, el desarrollo del telescopio Nancy Grace Roman, y varios proyectos de monitoreo climático. La NASA estima que al menos cuatro misiones en curso podrían ser recortadas o suspendidas.

A esta reducción se suma un recorte presupuestal del 25 por ciento para el ejercicio fiscal 2026, que llevaría los fondos de la agencia de 24 mil millones a solo 18 mil millones de dólares. Fuentes del Congreso estadounidense advierten que este recorte afectará el cumplimiento de compromisos internacionales en ciencia y exploración.

“La seguridad está siendo comprometida”

El descontento dentro de la agencia quedó evidenciado con la publicación de la “Declaración Voyager”, una carta abierta firmada por alrededor de 300 trabajadores y exempleados —entre ellos astronautas, ingenieros y científicos— que denuncian el deterioro operativo de la institución.

“La seguridad está siendo comprometida en todos los aspectos”, advierte el documento, dirigido al administrador interino Sean Duffy.

Además, señalan que estas decisiones fueron tomadas “sin consulta técnica ni respaldo legal del Congreso”, y que podrían tener consecuencias “graves e irreversibles para el liderazgo científico de Estados Unidos”.

Fuga de talento histórico

Expertos en política científica consideran que esta ola de renuncias representa una pérdida de talento acumulado durante décadas, especialmente en áreas como propulsión avanzada, comunicaciones interplanetarias y diseño de misiones robóticas. Muchos de los empleados salientes estaban involucrados en programas multilaterales con Europa, Japón y Canadá.

La NASA calcula que reemplazar estos perfiles técnicos tomará entre cinco y ocho años, tiempo durante el cual la agencia operará con capacidades reducidas.

Con información de Milenio

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