Julio César Cu se ha convertido en una figura única a nivel mundial por dedicarse a sumergirse en aguas negras para limpiar y desobstruir las alcantarillas de la Ciudad de México.

Su labor implica enfrentarse a condiciones extremas de suciedad, malos olores y riesgos sanitarios constantes, algo que ningún otro buzo profesional realiza en el mundo de manera regular.

Durante su jornada, Julio César se equipa con trajes especiales y máscaras de protección para evitar el contacto con bacterias y sustancias químicas peligrosas.

Desafíos del trabajo diario

Cada inmersión exige concentración y fuerza física, además de resistencia emocional, ya que se trata de un entorno claustrofóbico y contaminado.

El buzo debe retirar residuos sólidos, reparar tuberías y monitorear el flujo de agua para prevenir inundaciones en la capital.

Su labor es crucial para el funcionamiento de la ciudad, evitando que las alcantarillas colapsen y generen emergencias sanitarias y ambientales.

Reconocimiento y enseñanza

Julio César Cu ha recibido reconocimiento de autoridades y medios locales por su valor y dedicación, siendo ejemplo de compromiso con la ciudad.

Asimismo, ha compartido su experiencia con jóvenes que desean conocer trabajos poco convencionales, explicando la importancia de la seguridad y la responsabilidad en profesiones de alto riesgo.

El buzo enfatiza la necesidad de equipo especializado y protocolos estrictos, incluyendo trajes herméticos, guantes resistentes y control de oxígeno, para minimizar los riesgos durante su trabajo.

Con información de El Financiero