El oso de las cavernas

Mitos y cavernas, columna de Carlos Evia Cervantes: El oso de las cavernas.

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Esta bestia fue una de las especies más características de la fauna del período Cuaternario europeo y el más famoso entre todos los osos prehistóricos. Habitó Europa y Asia desde hace unos 200 mil años y logró sobrevivir hasta hace unos 25 mil. Así lo publicó José Flores Muñoz.

Fue en 1794, cuando Johann Christian Rosenmuller describió a la especie y la nombró Ursus spelaeus, es decir, el oso de las cavernas, debido a que los primeros restos fósiles se encontraron en cuevas y fue así como se popularizó el nombre de la especie en la actualidad.

La relación entre las cuevas y los osos se ajusta a la necesidad de hibernación que tenía este animal. De hecho, se han encontrado lugares en donde se acumularon miles de huesos de estos osos, porque en cierto momento no pudieron sobrevivir al periodo invernal y murieron de inanición en el interior de las cuevas.

El oso cavernario era uno de los más grandes de la prehistoria. Su tamaño es comparable a la magnitud que alcanzan los actuales osos polares. Con 130 centímetros de altura hasta la cruz; los machos pesaban entre 400 y 500 kilos, mientras que las hembras tenían alrededor de los 250. Este dimorfismo sexual relativamente pronunciado, permitió saber, en muchos casos, si los restos encontrados eran de una hembra o de un macho.

Esta especie, se extendió por toda Europa y parte de Asía, en zonas del Cáucaso y del Sur de Siberia, donde se encontró un espécimen en perfecto estado de conservación. El fósil, prácticamente era una momia, quedó congelado y ha llegado hasta nuestros días manteniendo el pelaje. Estos osos eran omnívoros, pero hay estudios que indican una dieta mayoritariamente herbívora complementada con pequeños animales. Por esto se ha dicho que era el menos carnívoro de todos los carnívoros.

Para conseguir alimento suficiente dado su enorme tamaño, este oso tendría que recorrer distancias considerables, sobre todo en los momentos previos a la hibernación, cuando debía hacer mayor acopio de grasa para pasar el invierno.

Con todo, una especie extendida a lo largo de tantos kilómetros, demuestra una adaptación exitosa a diversos ecosistemas y alturas, así como la capacidad de hacer frente a los rápidos cambios climáticos, que se dieron a finales del Pleistoceno. Sin embargo, los paleontólogos sugieren que un drástico cambio climático pudo haber acabado con los miembros de la especie. Otra teoría propone que su desaparición pudo ser causada por la cacería practicada por los humanos.

Fueron contemporáneos de los mamuts, rinocerontes lanudos, ciervos gigantes y leones de las cavernas. Coexistió con tres especies humanas: el Homo heidelbergensis, con los neandertales y por último, con el Homo sapiens. Por esta causa es que podemos ver a osos de las cavernas representados en pinturas rupestres como de la cueva de Chauvet, en Francia.

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