Recordando a la célebre maestra María Lavalle Urbina

Reflexiones, columna de Hortensia Rivera Baños: Recordando a la célebre maestra María Lavalle Urbina

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A pesar de reconocer que a elementos infinitamente más capacitados les corresponde hablar sobre la obra vigorosa y penetrante de la abogada y maestra María Lavalle Urbina. Nacida en Campeche el 24 de mayo de 1908, y fallecida en la Ciudad de México el 23 de abril de 1996.

Me permito decir que es un personaje en muchos aspectos, luchadora de las causas nobles, de vasta cultura, su intervención en las diversas instituciones nacionales y mundiales, así como su pasión por México, es una prueba real de que su labor no ha sido en vano, porque está presente en la conciencia de sus compatriotas.

Su vida ha transcurrido colmada de sentido humano, circunstancia que le valió el Premio de las Naciones
Unidas por Servicios Eminentes Prestados a la Causa de los Derechos Humanos, primera mujer a quien se le ha otorgado tal distinción. Sus ponencias, disertadas en las distintas capitales del orbe, fueron para motivar el entendimiento entre los pueblos y no han perdido su lugar, porque han sido cátedras de servicio social y dinamismo inquebrantable.

Ilustre campechana, quien representó a su entidad como Senadora de la República, ha aportado valiosos programas en bien de la enseñanza, no sólo a nivel superior, sino que su presencia en la campaña alfabetizadora de su terruño fueron de logros relevantes; como presidenta de la Alianza de Mujeres de México, con hechos veraces ha demostrado que su signo de preocupación, ha sido siempre encaminado a las inquietudes de superación de la mujer, que está abriéndose horizontes para la total conquista de su igualdad, conservando sus virtudes características de feminidad, para obtener su lugar en la constitución patria, como persona en uso cabal de sus derechos y que cumple con sus obligaciones.

De que no se continúe tratándola con evidente desigualdad frente al hombre. Su bien fundamentada experiencia como escritora, se asienta en la realización de varios libros publicados entre otros, “Delincuencia Infantil”, “Delincuencia de los Menores” y “Situación Jurídica de la Mujer Mexicana”.

Fue la primera mujer que se tituló como abogada en su estado natal; primera magistrada del tribunal superior de justicia del Distrito y territorios federales de 1947 a 1954. Primera que presidió el Senado de la República en 1965, por el Partido Revolucionario Institucional.

Esta admirable y sencilla dama, que recibió numerosas condecoraciones en bien de su nación, nunca se envanece y forma parte de la pléyade de mujeres mexicanas. Ratificó: que el talento no tiene sexo ni nacionalidad.

¡Esa fue María Lavalle Urbina! 

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