Rectifica, nunca es tarde: “en vida hijo”
Debate y salud, columna de Jacinto Herrera León: Rectifica, nunca es tarde: “en vida hijo”.
Cuando llegas a la tercera edad, lo que deseas es tener salud, una vida activa con menos sobresaltos y rodeado de ese calor de hogar que durante años tan solo migajas brindabas con tu corta presencia cuando llegabas a altas horas de la noche. Ese entorno cual refugio pasajero, en su interior vio pasar la escuela, actividades de los hijos, quienes fueron creciendo y ahora tan solo recuerdos quedan.
Tarde entiendes el verdadero valor de la vida y lo realmente que realmente es importante, te desvives dándole gusto a los demás, descuidando el elemento más importante de tu existencia, me refiero a ti, y a la gente que allende distancia y sin interés alguno, siempre estarán para ti. Pero nadie aprende en “pellejo ajeno”.
La transformación interna al encontrarte en la recta final de nuestras vidas, no se deja esperar, buscas ansiosamente el contacto que tanto olvidaste, el contacto en un intento vano por recuperar lo que entre tus manos se fue como el agua. Te das cuenta que todos tienen que hacer, sus múltiples actividades apenas y les permiten dar migajas que atraen el recuerdo del ayer. Anhelas la convivencia que se esfumó en la época de tus padres y abuelos cual nebulosa se perdió en la historia, dejando nostalgia que acaricie y duele. Pero no siempre es así permítanme enfatizarles amables lectores.
El día de ayer atendiendo a alguno de mis pacientes de la tercera edad, los encontraba con zozobra, angustia, ansiedad, cansancio y variaciones en la frecuencia cardiaca y presión arterial, situación que me llamó la atención, y ante pregunta expresa, me comentaron: “es que mis dos hijas (una con 4 hijos y la otra con tres) están nuevamente embarazadas”, y tenemos que ayudarles en sus quehaceres y dentro de lo que económicamente podemos, lo hacemos. Tenemos que ayudarlas a cuidar a los nietos, pero físicamente ya resentimos el quebranto natural del desgaste físico.
Como podrán ver, he mostrado los dos grandes extremos de los escenarios familiares potenciales de muchos adultos mayores. Por un lado buscan la tranquilidad pero en el interior lamentan “su soledad”. Por el otro siguen dentro del rol activo de la familia, que los cobija el calor inigualable de esta institución, pero se sienten atrapados en la vorágine mundana actual, que es su momento ellos enfrentaron y tuvieron que como salir adelante, y quisieran su espacio íntimo para convivir con la pareja que en sumadas ocasiones no disfrutaba el calor de hogar.
Las facetas de cada individuo son distintas, habiendo evidentes claroscuros o matices al seno de esa pareja, tronco de una progenie. Usted puede reservarse su comentario personal. Dejo a la reflexión, mi comentario, que en esta ocasión, allende los problemas de salud. No olvides que tu familia, allí esta, y la distancia no niega el amor que te tienen. Mínimo agarra tu celular y échales una llamada. Rectifica, y como decía mi señor padre; “en vida hijo”