Médicos de carne y hueso
Debate y salud, columna de Jacinto Herrera León: Médicos de carne y hueso
El mes de octubre, sin duda, tiene una particular relevancia para losque nos dedicamos a la medicina. Destacando que se ha destinado en su totalidad para sensibilizar sobre el cáncer mamario, además tenemos el Día de la Osteoporosis y el Día del Paciente Reumático, pero, particularmente, el día 23 celebramos el Día del Médico, que desde 1937 existe en México.
En nuestro medio, desde hace varias décadas, se honra a quienes cumplen y aún siguen vivos, por su 50 aniversario de graduados,entregándose preseas especiales para quienes han destacado por trayectoria. De tal manera, la Facultad de Medicina de la UADY junto con el Colegio de Médicos de Yucatán A.C., realiza una emotiva ceremonia que enaltece la humildad del galeno. Este año no fue la excepción, y dieron cuenta los medios de comunicación.
Por otro lado, me siento honrado y satisfecho conmigo mismo, porque en tan destacadas fechas fui recipiendario de la Medalla al Mérito Médico “Doctores Laviada”, hace menos de un lustro. Este año no fue la excepción y fueron otros colegas los galardonados dentro del marco actividades del 192 aniversario de la Facultad de Medicina. Lo anterior, curiosamente, trajo a mi mente de forma concatenada, un reportaje en Milenio Novedades, donde con base en expertos se opinaba sobre “de qué se enferman los médicos”. ¡Acertaste!, de todo como cualquier ser humano, máxime si los lustros se han ido acumulando.
Asimismo, ante los ojos de la gente, se considera a un servidor de salud como inmune o resistente a las patologías del día a día. Desafortunadamente la realidad es otra, ante las presiones impuestas, el doctor tiene en sus manos una vida humana y no puede fallar, pero existen innumerables elementos externos que cada día lo vuelven más vulnerable y, muchas veces, ajeno a su experta praxis, baste con sólo dar una pequeña repasada a la inmunología y el sinnúmero de enfermedades emergentes que nos aquejan, impensables o no reconocidas hasta hace una década.
Si a esto le sumamos la metamorfosis en la administración hospitalaria, donde los tiempos de consulta cada vez son más breves, allende la complejidad que ahorcan la calidad y privilegiando la cantidad, so pena de que su incumplimiento es motivo de supervisión aplicando la “abyecta frase” que ensalza el “hacer más más con menos (recursos)”; que, por cierto, ya tenemos hasta la coronilla, ante la evidentecarencia de insumos, herramientas en ocasiones obsoletas, inequidad entre la demanda y oferta, exposición a nuevas enfermedades infecciosas, resistencia a los antibióticos, por no dejar de citar. Y esto ¡claro, que lo saben las altas esferas!
Por favor, pregúntenle a cualquier doliente, comotambién a quienes los atienden, cómo hacen milagros con lo que tienen;ya basta de entrevistas ensayadas con publicaciones mesiánicas y fastuosas.
Pero allí están, los médicos y servidores de la salud; son de carne y hueso, sienten, tienen familia que descuidan, sacrifican tiempos libres, cual fiel guardián de tu salud.
Por todo lo dictado, les externo a mi colegas y compañerosla más amplia felicitación.Ante quienes se nos adelantaron y a los actuales próceres del campo de batalla, me pongo de pie.… ¡Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es andar!… Gracias por estar siempre.
