“¡Si llueve señor, si llueve!”

Bufete jurídico, columna de José Luis Ripoll Gómez: “¡Si llueve señor, si llueve!”

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No soy pobre, soy sobrio, liviano de 
equipaje, vivir con lo justo para que las 
cosas no me roben mi libertad.
José “Pepe” Mujica

Mientras los animales viven en un mundo de inapelables realidades, los humanos vivimos en uno de símbolos. Están por doquier. Las formas determinan gran parte de nuestras vidas. Para Aristóteles, la política es necesaria porque los individuos nos comunicamos unos con otros.

Las sociedades de hoy se rigen con valores y símbolos en la vida pública. En ocasiones los estereotipos no son los correctos en los comportamientos de realidades y símbolos en la política. Se persiguen como “faro en el mar” al que se debe arribar. Hay veces que da impresión de malas intenciones y actuar con dolo en la actividad política es una condición de inteligencia que permite sobrevivir. Maquiavelo critica irónicamente la perversidad en la política, el cinismo y la reducción a lo absurdo.

Durante generaciones varios políticos en México se formaron entre estereotipos arcaicos, superados y falaces del ejercicio del poder.

No hay que confundir, mientras los politólogos se encargan de estudiar la política como ciencia social, los políticos ejercen el poder, en general, desde la representación popular.

En Latinoamérica, una persona que asume el ejercicio del poder, en el mejor de los casos, su formación profesional es escasa, si acaso cuenta. No es requisito para ejercer función pública de representación ser profesional en algún área del conocimiento. Nos parece un desatino.

Los que llegan a los cargos traen deformaciones sociales y estereotipos errados. Verbigratia, Álvaro Obregón propuso la perversa frase: “Mientras más matas, más gobiernas”. El filósofo de Güémez: “La política es una arte del carajo, hay que quedar bien con los de arriba y chin..se a los de abajo”. No puede faltar, el clásico en la narrativa política mexicana de: ¡Político pobre, pobre político! El gran filósofo Jean Paul Sartre se atrevió a sentenciar: “Lo más aburrido del mal es que uno se acostumbra”.

Debemos cambiar los estereotipos errados en la práctica política mexicana. Convertir lo negativo en positivo, lo que no se debe hacer en algo caduco, superado. Dejar de una vez por todas el valemadrismo, la lambisconería, el mimetismo mexicano, los pedantes, etc.

Conocidos personajes diversos en la narrativa sobre el típico político mexicano. Máxima expresión de la pedantería política y la reducción a lo absurdo. Se sabe de la anécdota de Eduardo Pesqueira Olea, Secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos en la administración de Miguel de la Madrid Hurtado, emocionado por su nombramiento agradece al presidente y le garantiza que se convertirá en el mejor Secretario en la historia. Al salir del salón revira “¡Si llueve señor, si llueve!”

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