El 2027, cada vez más cerca

A menos de dos años de que los quintanarroenses acudan a las urnas en 2027 para renovar la gubernatura, los ayuntamientos...

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A menos de dos años de que los quintanarroenses acudan a las urnas en 2027 para renovar la gubernatura, los ayuntamientos y el Congreso estatal, el panorama político ya empieza a mostrar trazos decisivos. Lo que se perfila como una contienda histórica está dominado hoy por claras muestras de poder.

Las últimas encuestas lo confirman: Morena lidera ampliamente los escenarios con entre el 44 y el 54 % de intención de voto, seguido, a mucha distancia, por el PAN y Movimiento Ciudadano, ambos con cifras por debajo del 15 %. La coalición Morena-PVEM-PT alcanza hasta el 53 % en proyección combinada, contra apenas un 12 % de la oposición PAN-PRI.

El dominio del morenismo se reafirma con su control total del Congreso estatal y la mayoría de los ayuntamientos; es una hegemonía de hecho que convierte la disputa electoral más en una selección interna dentro del bloque gobernante que en una competencia plural en las urnas.

Dentro de Morena las preferencias por figuras clave están muy bien marcadas, donde Gino Segura, con alta aceptación interna, lidera las encuestas; mientras otros perfiles como Rafa Marín, Marybel Villegas y Estefanía Mercado comienzan a posicionarse entre la base.

Pero las tensiones internas son evidentes. Especialmente en la relación con el PT, cuya alianza está en riesgo por desacuerdos en el reparto de candidaturas. Una ruptura podría debilitar la mayoría calificada de Morena. La formación de comités seccionales y mecanismos de depuración de afiliados son señales de un oficialismo que teme fracturas internas.

Aunque el dominio morenista parece firme, hay nubarrones que no se pueden ignorar: la creciente insatisfacción urbana, el aumento de indecisos (entre 18 y 20 %) y la corrupción encubierta bajo alianzas cuestionadas. El peso del Verde podría volverse clave si se concreta una política de no reelección o purgas electorales locales que dejen a Morena sin cuadros propios, donde personajes grises como Yensunni Martínez y “Chepe” Contreras están ayudando a la oposición a marcar una deuda histórica con sus gobernados.

La llamada elección “intermedia” de 2027 no solo definirá quién gobierna Quintana Roo durante los siguientes cinco años, sino que será el termómetro del poder político regional en México. Es la arena donde se librarán tensiones nacionales, donde la continuidad de Morena, la viabilidad de la oposición, la integración del Verde y el futuro del PT como aliado estratégico o rival emergente.

El escenario electoral en Quintana Roo para 2027 tiene todos los ingredientes de una contienda radical: hegemonía interna, fracturas al interior del partido oficial, y una oposición débil, pero con posibles aliados estratégicos. Lo verdaderamente incierto es si Morena mantendrá su unidad, o si su estructura se fragmentará por rivalidades internas y nuevas coaliciones. Una ruptura podría cambiarlo todo, o certificar que el 2027 será simplemente la continuidad de un poder sin contrapesos de verdad.

Morena no solo tiene ventaja numérica, sino que controla el aparato de la gran mayoría de los municipios. Pero las elecciones no se ganan solo desde el poder. La pregunta es si la disidencia interna y el descontento ciudadano tendrán fuerza para tomar protagonismo antes de que se escriba el siguiente capítulo de la política quintanarroense. ¿Logrará Morena mantener su poder en el Legislativo y la mayoría de los municipios?

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